Por Rafael Jijena Sánchez
Recuerdo que una tarde
conversábamos en Buenos Aires con D. Ernesto Ezquer Zelaya, el autor de “Poncho
Celeste, vincha punzó”, de vida y costumbres correntinas. Mi preocupación por
las supersticiones llevó la conversación al tema de “San La muerte”, “payé”
poderoso cuya figuración es un esqueleto de pie, con guadaña o en actitud
sedente y con las manos en la calavera, semejante a la imagen del Señor de la
Paciencia. Pues bien, apenas pronuncié el nombre del “payé” cuando mi amigo,
echando mano a un bolsillo del saco, puso ante mis ojos una muerte con guadaña,
tallada en madera, pintada de negro y de por lo menos quince centímetros de
alto.
Ezquer Zelaya usaba permanentemente
tirador con revolver y su fama de hombre guapo fue proverbial en Corrientes.
Esto y sus ab undantes letras no le impedían ser tan supersticioso como sus
peones de chiripá y melena.
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