jueves, 5 de noviembre de 2020

CASA DE POSTA

 La palabra posta deriva del latín “posita” que significa “puesta” o “colocada”. Ya se hacía uso de ellas en la Persia antigua. Carlo Magno organizó un servicio de correos sobre la base de “postas”, las que siglos más tarde se propagaron  por toda Europa.

En 1771, debido a las gestiones del Visitador de Correos Don Alonso Carrió de la Vandera, se establecieron las primeras “postas” en el Camino del Norte (hacia Córdoba).

Habría de adoptarse en América, desde Méjico para abajo, el sistema de postas europeas. Asimismo, las Ordenanza de Correos de 1762 dictadas por la Corona española, referente a este servicio, fueron de aplicación en el Río de la Plata. Estas ordenanzas establecían, entre otras cosas, que el cargo de “maestro de posta” debería ser desempañado por un “vecino honrado” que estaría obligado a mantener determinado número de caballos. El cargo podía, a la muerte del titular, a los hijos, yernos u otras personas que cuidaran de la posta. Los ‘maestros de postas’ podían nombrar y remover los postillones de los que se valdrían para el desempeño de sus cargos. Además de muchos otros privilegios acordados a los ‘maestros de postas, como el llevar armas y poseerlas, el no poder ser desalojados de las casas donde habitaren, el no poder se detenido por nadie, ni por la justicia misma en el camino que debían recorrer para el desempeño de su cometido, les estaba permitido tener ‘libremente mesón, posada o cualquier granjería, aunque sí pagando los derechos existentes para tales negocios”.

Los caballos de las ‘postas’ también gozaban de impunidad. Por ello no se pagaba ninguno “de los derechos de portazgo, peage, pontazgo, castillería, barcaje, etc.” ni otro tributo de los “impuestos por razón del paso en cualquier transito” y “podían pastar en todos los terrenos baldíos y terrenos de las comunas, siempre que no perjudicaran los labrantíos vedados o cercados”.

Al disponer la Primera Junta Provisional de Gobierno,  el 17 de octubre de 1810 el establecimiento de una “carrera de postas” a la Ensenada de Barragán, establecía que cada posta debía tener una “pieza de posta” que se construiría a 25 varas de la casa principal, “debiendo tener de 10 varas de largo por cinco de ancho, un corredor a la puerta, 4 catres, una mesa y 4 sillas, una tinaja con un jarro, estando blanqueada por dentro y fuera”. Además debía haber en cada posta “vino, aguardiente, aceite, vinagre y legumbre”.

 

Carlos Antonio Moncaut

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