(Estancia de D. Lino Pardo, por Azul)
Era esta una casa con techo de teja, de media agua, con el frente mirando al
poniente y al este un corredor, más ancho que largo, cortado por la cocina.
Constaba, además, de dos grandes piezas; una de ellas era enorme, se la llamaba
sala, aún cuando era también dormitorio del dueño de casa, como lo atestiguaba
una vastísima cama de fierro con columnas, cubierta con una colcha más que
tejida, labrada al crochet, con
innumerables dibujos de animales en relieve y en la cabecera dos almohadones,
símbolo del matrimonio, en fundas bordadas. No había en toda la habitación,
aparte de la cama, a la que llamaban marquesa, más muebles que un sillón de
hamaca, dos sillas y una rinconera sobre la que había una imagen de la Virgen
María, con un velador al lado; el piso era de baldosas coloradas. A unos diez
metros de la casa estaba otra de dos piezas, con techo de dos aguas; de tejas
de Marsella.
(Fuente: “Antes del 900 -recuerdos-”, de
Adolfo Bioy; 1958) p. 14/15
No hay comentarios.:
Publicar un comentario