(el autor se
ubica entre 1880 y 1915, en Dolores y zona de influencia)
“El rebenque más
comúnmente usado fue el que se conocía con el nombre de talero. Sin ningún adorno de tientos y menos de platería, el único
detalle que los diferenciaba entre los de su clase, consistía en la pulcritud
con que hubiesen sido hechas las costuras de la paleta y la elección y lo bien sobada
que estuviese la lonja. El mango se hacía comúnmente de palo de membrillo o de
tala, los que abundaban en la zona; el primero era muy elástico y difícil de
quebrar, el tala también tenía muy buenas condiciones y seguramente de él
tomaron estos rebenques el nombre de taleros”.
(P. 48)
(Fuente: “De
Mi Pago y De Mi Tiempo” -1944-, de Ambrosio J. Althaparro)
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