Fue en éste Buenos Aires, el 26 de
febrero del año 1817.
Esa tarde entró en la ciudad un jinete
con polvo de los campos de Chacabuco, de los desiertos y de las praderas que
recorrió desde el campo de batalla, en Chile, hasta la capital de las
Provincias Unidas del Río de la Plata. Llegó cansado, sí, pero feliz,
enormemente feliz, porque trajo las nuevas de la victoria, nada menos que el
triunfo de Chacabuco.
Ese hombre, que tras 13 días de duro
galopar llegó a la capital, era Manuel de Escalada, cuñado del Gral. San
Martín. Buenos Aires festeja la victoria y elogia conmovida la hazaña del
mensajero, que en tan corto tiempo ha cubierto a caballo la enorme distancia.
En 13 días, nada más que 13 días, ha cruzado los Andes y ha llegado hasta el
Plata. Si parece increíble. Pero es que la noticia que traía -acota el
comentario general- le ha dado alas, porque de otra manera uno no se explica
-agrega- como llegó tan pronto. Era un soldado de San Martín.
(Scissor – Revista El Caballo Nº
218 – 10/11-1952)
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